Desde el comienzo de la humanidad la vivienda ha sido un hecho arquitectónico de gran importancia, su valor se ha ido perdiendo debido a los cambios sociales, dinámicas e intereses de la población y sus gobernantes, ocasionando un deterioro paulatino del concepto de calidad. Actualmente existen múltiples ejemplos de "vivienda mínima": considerados para la población de bajos recursos, estas viviendas carecen muchas veces de cualidades de confort lumínico, térmico y acústico, la calidad espacial en ocasiones es lo que menos importa, viviendas ricas en conceptos cuantitativos y pobres en conceptos cualitativos.
La construcción se ha visto obligada a densificar la ciudad por el alto crecimiento demográfico, es una gran respuesta ante la reducción de los espacios prediales y arquitectónicos, por este motivo se replantea un concepto de vivienda pensando en prototipos de hábitat que satisfagan las necesidades contemporáneas, involucrando aspectos bioclimaticos, sostenibles y de crecimiento progresivo que permitan accesibilidad económica.
Según el DANE, el 19,5% de hogares en Bogotá con déficit en las necesidades básica, están sujetos a cambios cada año, debido al crecimiento demográfico. Adicionalmente el 9,2% son hogares con necesidades básicas insatisfechas como: viviendas inadecuadas (viviendas móviles, ubicadas en refugios naturales, bajo puentes, con paredes de tela o sin ellas, materiales de desecho o pisos de tierra), servicios inadecuados y hacinamientos (más de tres personas por habitación), ¿Cómo debemos plantear una vivienda que cumpla con las necesidades básicas, evitando el surgimiento de edificaciones inadecuadas por parte de los mismos habitantes?
Es evidente la problemática actual, por lo que lleva a cuestionar los modelos actuales que se han impuesto en gran parte de la población colombiana, donde no se vela por satisfacer las necesidades sino simplemente por lograr una ganancia económica, ocasionando intervenciones de los habitantes en las viviendas sin ningún control técnico , surgimiento de viviendas informales o la insatisfacción al adquirir una "vivienda mínima".
Se debe recuperar el papel del arquitecto en la proyección de espacios con el aporte disciplinario a la construcción integral atendiendo las necesidades y buscando el progreso común.